El objetivo de las compañías aseguradoras es adaptarse a las necesidades de cada conductor, por eso ofrecen distintas pólizas, con las que un vehículo puede circular acorde con la legalidad.
El seguro, un requisito obligatorio para circular
Al igual que en el resto de los países de la Unión Europea, todos los vehículos deben disponer de una póliza de seguro vigente, que debe renovarse y estar siempre vigente.
Por lo tanto, cualquier coche que circule deberá disponer de un seguro que, al menos, se haga cargo de los daños a terceros que podamos provocar. Si un conductor no dispone de seguro en su vehículo puede ser sancionado, incluso si no se ha visto involucrado en un accidente con daños.
Recordamos que la contratación de un seguro de circulación es obligatorio, y que no disponer de una póliza es un hecho constitutivo de delito.
Qué tipos de seguros existen en España
En realidad, cada compañía es libre de configurar sus pólizas como desee, por tanto, no existen seguros tipificados, sin embargo, sí podemos agrupar en diferentes tipos de seguros las pólizas estándar que ofrecen las compañías, siempre teniendo en cuenta que, dentro de cada grupo, cada empresa puede ofrecer más o menos coberturas.
En términos generales, existen cinco tipos de seguros para coches en España:
Seguro a terceros
Estos seguros solo cubren los daños que hayamos causado a otros conductores. Si un accidente del que somos responsables ha provocado daños a otros vehículos, esta póliza se hace responsable del pago de indemnizaciones y reparaciones a otros conductores, pero no se hace responsable del daño que haya podido sufrir nuestro vehículo.
Esta es la póliza mínima legal exigible a un conductor, de esta forma, todos circulamos con la seguridad de disponer de una póliza de responsabilidad civil, que cubre a otros conductores en caso de accidente.
Cobertura a terceros ampliado
Este tipo de póliza es cada vez más común. Se trata de un tipo de seguro en el que el conductor puede elegir servicios que cubran su propio vehículo en función de sus necesidades.
Por tanto, el daño a terceros está cubierto, y dependiendo del seguro y de las necesidades del conductor, este también podrá disfrutar de más coberturas como robo, incendio o lunas.
Cobertura a todo riesgo con franquicia
La franquicia consiste en un porcentaje o cantidad fija que la aseguradora pacta con el asegurado en el contrato de seguro. En caso de siniestro, la cuantía que la aseguradora no deberá pagar es la establecida por esta cantidad, que deberá ser satisfecha por el asegurado. Esta elección es una buena forma de reducir el coste de la póliza del seguro del coche, sin renunciar a las coberturas. A modo de ejemplo, si un conductor tiene un seguro con franquicia de 200 € y el siniestro asciende a 300 €, la aseguradora solo deberá pagar 100 €
Cobertura a todo riesgo
Las coberturas a todo riesgo cubren los daños a terceros obligatorios, y además se hacen cargo del pago del vehículo asegurado en caso de reparación. Los seguros a todo riesgo incluyen, por tanto, el pago por parte de la aseguradora de cualquier reparación o indemnización que recaiga sobre el conductor.
Pólizas de seguros puntuales
Este tipo de póliza es muy variable. Se suelen contratar cuando la persona que conduce un vehículo no es el conductor habitual y, por lo tanto, necesita disponer de un seguro específico durante un tiempo determinado.
Si tienes alguna duda sobre el seguro de coche: ¡Contacta con nosotros y te asesoramos sin compromiso!