Si estás pagando una hipoteca y no tienes un seguro de vida, es posible que estés asumiendo un riesgo que podría afectar a tu familia en el futuro.
Un seguro de vida no solo protege a tus seres queridos en caso de fallecimiento, sino que garantiza que las deudas, como la hipoteca, no se conviertan en una carga para ellos.
Te contamos un ejemplo práctico
Imagina que Laura y Javier, una pareja en sus treinta, deciden visitar la oficina de Correduría Solmassegur porque quieren proteger a su familia. Ambos trabajan, tienen una hija pequeña, y están pagando la hipoteca de su casa. Laura y Javier sienten que es el momento adecuado para contratar un seguro de vida y asegurar el bienestar de su hija en caso de que algo les suceda.
La primera consulta con el corredor
Cuando Laura y Javier llegan a la oficina, son recibidos por Paco, el corredor de seguros de Solmassegur, quien los invita a sentarse y les ofrece café mientras les explica los beneficios de un seguro de vida.
Paco: «Lo primero que haremos es entender sus necesidades para ofrecerles una cobertura que se ajuste a su situación. Un seguro de vida puede asegurar que, en caso de fallecimiento, su hija esté cubierta financieramente para cualquier gasto futuro, como la educación o incluso el pago de la hipoteca.»
¿Qué tipo de seguro necesitan?
Laura y Javier explican que quieren un capital asegurado que cubra sus deudas y ofrezca seguridad para su hija. Paco les ofrece dos opciones: un capital constante o un capital creciente.
Paco: «El capital constante se mantendría igual durante la vigencia de la póliza, mientras que el capital creciente aumentaría un 5% cada año, lo cual puede ser útil para combatir la inflación.»
Javier se inclina por el capital creciente, pensando en la larga duración de la hipoteca. Laura, más práctica, opta por mantener la prima constante para que el pago mensual no suba con el tiempo.
Decidiendo la prima
Luego, Paco les explica las opciones de primas:
– Prima constante: Se mantiene igual durante la vida del contrato.
– Prima creciente: Aumenta un porcentaje cada año.
– Temporal anual renovable: Varía cada año según la edad.
Laura: «Nos gustaría algo que no afecte nuestro presupuesto cada año. Creo que lo mejor para nosotros sería la prima constante.»
Conclusión
Al final de la consulta, Laura y Javier deciden contratar un seguro de vida con capital creciente y prima constante, asegurando que su hija estará protegida si algo llegara a suceder. Salen de la oficina de Solmassegur con la tranquilidad de que han tomado una decisión que garantizará su futuro familiar.
Esta historia refleja cómo, en Solmassegur, nos aseguramos de que cada cliente reciba asesoría personalizada, para que puedan tomar la mejor decisión para ellos y sus seres queridos.
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